Digo en mis ponencias que yo me recuerdo como una niña risueña y alegre

eso es verdad, en parte, hay una parte de mi infancia en la que no me reía apenas, tristemente fueron tres o cuatro cursos de mi época de EGB. Cuando yo tenía ocho, nueve y diez años en mi clase éramos cuarenta y dos alumnos, durante esos tres cursos los cuarenta y dos estuvimos en el misma aula y con el mismo profesor, un profesor sin ninguna motivación por serlo, con muy poca paciencia o ninguna y viéndolo ahora desde mi posición de adulto, con muy baja autoestima y una necesidad enorme de llamar la atención.

Mi alegría comenzaba al salir de ese aula.

Por supuesto, lo de la inteligencia emocional estaba a años luz de ese aula y de ese centro en general.

Recuerdo estar sentada en la última fila, no recuerdo porque estaba allí, recuerdo que no me importaba, era la forma de pasar más desapercibida, hasta el momento que me tocaba salir a la pizarra, cruzar toda ese aula con los ojos de los cuarenta y un compañeros y los del profesor, mirándome, era una tortura, aún siento el nudo en el estómago y como me temblaban las piernas.

Mi cerebro se bloqueaba, me costaba un horror decir la lección, aunque me la hubiera estudiado mil veces.

un niño que no puede centrar su atención, un niño suspicaz en lugar de confiado, un niño triste o enojado en lugar de optimista, destructivo en lugar de respetuoso, un niño que se siente desbordado por la ansiedad, preocupado por fantasías aterradoras e infeliz consigo mismo, tiene muy pocas posibilidades de aprovechar las oportunidades que le ofrezca el mundo. Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

Y es que las consecuencias podían ser algo que ahora no dudaríamos en denunciar, el profesor hacía los comentarios oportunos para que todos los compañeros soltaran una carcajada, eso era en los días que su humor era bueno, los días en los que estaba enfado no dudaba en soltar un bofetón… ya te dije que era algo denunciable.

Un día mi padre me preguntó que me había pasado, tenía la mano marcada en la cara, él nunca nos pegó y no soportaba que otro lo hubiera hecho, fue a hablar con el profesor y este le aseguro que no volvería a suceder.

Así fue, ya solo tuve que aguantar como se burlaba de mí y mis compañeros se reían, ¿te imaginas?, con diez años.

Eso no te ocurría si le caías en gracia al maestro o tu CI era tan alto que te salvaba de los malos ratos. 

Dondequiera que un maestro responda a un estudiante, hay veinte o treinta más que reciben una lección.

Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

Al curso siguiente pasamos a sexto, teníamos más profesores, así que ahora teníamos que estar pendientes del humor de cada uno, ese curso pase más desapercibida, aunque ver como trataban a mis compañeros me hacía sentir fatal y mi enfado se volvió rebeldía y no pude pasar una injusticia que querían hacer con mis notas.

Le pedí explicaciones a la profesora y no se lo tomó nada bien.

Esta vez fue mi madre la que fue a hablar con ella y decidió que me cambiaba de colegio, nunca les podré agradecer suficiente, esa decisión  que me cambió la vida.

(tranquilos el centro se cerró hace años y creo que ya ninguno de esos cafres estará en educación)

Cuando llegue al nuevo centro vivía en una sorpresa constante,

éramos veintiocho alumnos en clase, los profesores hablaban con mucha amabilidad, algunas asignaturas juntábamos mesas en cuatro y hacíamos trabajos en equipo, nos pedían opinión, yo no salía de mi asombro, ¡¡¡existía otra forma de educar!!!

En esos tiempos a mi padre le operaron del estómago, fue una operación larga y complicada, yo no sabía cómo expresar mi miedo y mi tristeza; sin embargo, para aquel profesor lleno de empatía y cariño por sus alumnos no pasó desapercibida mi inquietud, me pregunto si me pasaba algo y cuando se  lo conté, me dijo que si quería salir al baño, que lo podía hacer cuando lo necesitara, al momento me entraron muchas ganas de llorar y me salí, al segundo estaba allí mi mejor amiga (se lo había pedido el profesor) a los trece años eso es lo mejor que te puede pasar, solo tu amiga te entiende. 😊

Al siguiente curso decidí que quería ser educadora infantil y que sería como estos profesores que tanto nos habían enseñado y no solo de matemáticas, física, lengua, etc.

Durante mucho tiempo, los educadores han estado preocupados por las deficientes calificaciones de los escolares en matemáticas y lenguaje, pero ahora están comenzando a darse cuenta de que existe una carencia mucho más apremiante, el analfabetismo emocional.  Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

Aún quedaba mucho de la niña miedosa en mí, pero empezaba a despegar.

Al llegar al instituto me encontré con la que para mí ha sido la mejor profesora que he tenido, Cecilia, desde el principio creyó en mí y en mi potencial y eso hizo que yo creyese en mí, me convertí en delegada de clase, en esos momentos yo no lo sabía, pero estaba sacando a la líder que llevaba dentro.

Me gustaba ir a clase, estudiar, hacer los trabajos y eso se tradujo en una subida de notas, pero lo más importante que es que a la vez iba subiendo mi autoestima, mi idea de que podía hacer lo que me propusiera.

Así he seguido hasta hoy, no he parado nunca de estudiar, de querer aprender, de ponerme METAS.

Y ya de mayor me sigo preguntando:

¿Cómo habría sido esa niña si sus padres no hubieran tomado esa decisión?

¿Cuántos otros niños no descubrieron  que existía otra educación? Había familias que les parecía lo correcto.

¿Cómo sería ahora esa mujer?

Las lecciones emocionales más importantes son las que los padres dan a sus hijos.

                                                    Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

 

¿Cuánto influyen en nuestros pequeños y en sus vidas, sus maestros, sus educadoras?

Durante los tres o cuatro primeros años de vida, el cerebro de los bebés crece hasta los dos tercios de su tamaño maduro y su complejidad se desarrolla a un ritmo que jamás volverá a repetirse. Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

 

¿Qué podemos hacer para que las nuevas generaciones sean Emocionalmente Inteligentes?

¿Para que todos y todas saquen sus talentos?

 

. «Deberíamos utilizar los mismos estados positivos de los niños para atraerles hacia el estudio de aquellos dominios en los que demuestren ser más diestros —propone Gardner—. El “flujo” es un estado interno que significa que el niño está comprometido en una tarea adecuada. Todo lo que tiene que hacer es encontrar algo que le guste y perseverar en ello. Cuando los niños se aburren en la escuela y se sienten desbordados por sus deberes es cuando se pelean y se portan mal. Uno aprende mejor cuando hace algo que le gusta y disfruta comprometiéndose con ello». Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

Y en este camino de la educación  me he encontrado con personas maravillosas que creen que otra educación es posible, personas que hablan de respeto al alumno, de educar desde la emoción y yo creo firmemente en ello. Maestras, educadoras, psicólogos, escritores, cocineros, madres y padres, que ponen toda su ilusión en crear un sistema educativo que saque todo el talento de los más pequeños, que les apoye a crecer, a creer en ellos y en ellas.

El rendimiento escolar del niño depende del más fundamental de todos los conocimientos, aprender a aprender. Veamos ahora los siete ingredientes clave de esta capacidad fundamental  (por cierto, todos ellos relacionados con la inteligencia emocional) enumerados por el mencionado informe:

  1. Confianza. La sensación de controlar y dominar el propio cuerpo, la propia conducta y el propio mundo. La sensación de que tiene muchas posibilidades de éxito en lo que emprenda y que los adultos pueden ayudarle en esa tarea.
  2. Curiosidad. La sensación de que el hecho de descubrir algo es positivo y placentero.
  3. Intencionalidad. El deseo y la capacidad de lograr algo y de actuar en consecuencia. Esta habilidad está ligada a la sensación y a la capacidad de sentirse competente, de ser eficaz.
  4. Autocontrol. La capacidad de modular y controlar las propias acciones en una forma apropiada a su edad; la sensación de control interno.
  5. Relación. La capacidad de relacionarse con los demás, una capacidad que se basa en el hecho de comprenderles y de ser comprendido por ellos.
  6. Capacidad de comunicar. El deseo y la capacidad de intercambiar verbalmente ideas, sentimientos y conceptos con los demás. Esta capacidad exige la confianza en los demás (incluyendo a los adultos) y el placer de relacionarse con ellos.
  7. Cooperación. La capacidad de armonizar las propias necesidades con las de los demás en las actividades grupales.                                                                                                                                                                                                                                                    Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,1995

 

Si tienes entre manos la educación de pequeños, de tus hijos, de tus alumnos, de ambos, no dejes de leer, de escuchar, de aprender con:

Mar Romera

Maestra, licenciada en pedagogía y en psicopedagogía. Especialista en Inteligencia emocional y autora de diversos de libros dedicados a la escuela, la infancia y la didáctica activa.

“La familia, la primera escuela de las emociones” editorial planeta 2017

  • Presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci (APFRATO).
  • En la actualidad asesora pedagógica en la implementación de programas de innovación en diferentes centros de nuestro país.
  • Autora y coordinadora del modelo pedagógico “Educar con tres Cs: capacidades, competencias y corazón”.
  • Colaboradora en formación permanente del profesorado en las diferentes comunidades autónomas de nuestro país en colaboración con las diferentes Consejerías de educación.

Que me enseñó perlas como:

Que la escuela roba a los niños proponiéndoles pocas posibilidades, pocos lenguajes y pocos mundos.

Necesitamos una escuela que sepa ofrecer a todos la posibilidad de exprimir del modo más adecuado la propia vocación, la propia inteligencia y los propios sentimientos.

Educar a un niño es estar, es estar estando, es mirar viendo y es vivir existiendo realmente.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

          L@S NIÑ@S NO APRENDEN LO QUE LES DECIMOS, L@S NIÑ@S NOS APRENDEN     

 

         

 

Begoña Ibarrola.

Psicóloga, Escritora infantil y juvenil, especialista en inteligencia emocional.

Tuve el placer de realizar un curso de musicoterapia con ella hace muchos años, de escucharla en diferentes ponencias y de leer sus cuentos a mis hijos y alumnos.

Ha escrito, entre otros  libros y cuentos:

“Cuentos para educar niños felices” S.M.

“Genialmente. Demuestra que eres un genio” Planeta.

“Cuentos para sentir” S.M.

Y otros muchos que puedes ver en su página web.https://www.begoibarrola.com/

“EDUCAR EN LAS EMOCIONES ES CLAVE PARA FAVORECER EL APRENDIZAJE”

 

César Bona.

Es maestro y escritor. Licenciado en filología inglesa y diplomado en Lengua extranjera por la Universidad de Zaragoza.

«LAS PUERTAS DE LAS ESCUELAS HAN DE ESTAR ABIERTAS, NO SOLO PARA QUE ENTREN LOS NIÑOS Y NIÑAS, SINO PARA QUE SUS IDEAS SALGAN Y TRANSFORMEN EL MUNDO».

Pensamientos como este son los que le llevaron al Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia, en el XXV Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño.

 Ha recibido varios premios y a escritos libros tan interesantes como,

 “La nueva educación” 2015 Plaza&Janés

 “Las escuelas que cambian el mundo” 2016 Plaza&Janés

 

A pesar del extraordinario interés demostrado por algunos educadores hacia la alfabetización emocional, estos cursos son todavía excepcionales y la mayoría de los maestros, directores de escuela y padres simplemente ignoran su existencia. Los principales modelos al respecto tienen lugar fuera de la corriente principal de la educación en un puñado de escuelas privadas y en unos pocos cientos de escuelas públicas. Obviamente, ningún programa —incluidos éstos— constituye una respuesta a todos los problemas. Pero dada la crisis en la que nos encontramos, la problemática situación que atraviesan nuestros niños y la ventana a la esperanza que parecen suponer los cursos de alfabetización emocional, tal vez deberíamos preguntarnos si no sería necesario, ahora más que nunca, enseñar a todos los niños las habilidades que resultan más esenciales para la vida.

                    ¿A qué estamos esperando?   

                                                           Daniel Goleman, Inteligencia Emocional,  Editorial Kairós, 1995

 

Me ha encantado todo lo que aporta Goleman a la educación emocional en su libro  y en especial esta pregunta que se hacía hace 25 años.

Y ahora yo te pregunto a ti

                 ¿A QUÉ ESTAMOS ESPERANDO PARA COMENZAR?

Publicaciones Similares

28 comentarios

  1. Me han emocionado tus palabras. Gracias por querer compartirlo. ¡Cuánto marca un adulto en un niño!… ¡Qué responsabilidad tan grande tenemos en nuestras manos!… Menos mal, que por suerte, nos cruzamos con gente maravillosa que nos aporta muchísimo.
    De las experiencias malas, de los modelos menos positivos… también aprendemos… precisamente a no repetirlo.. y esto es un aprendizaje muy importante y más si hablamos en Educación.
    Gracias Ana… 🥰

    1. Me alegro mucho, porque no te voy a negar que me ha costado escribirlo y más publicarlo.
      Pero si estamos aquí es para aportar con lo que sabemos, hemos vivido, aprendido, y eso es lo que yo he aprendido de mi paso por la educación.
      Claro que sí, de todo se aprende y con maestras como tú la educación va por el buen camino.
      Sigue dandole a la educación emocional, aunque algunas te llamen ñoña, jajajja
      Tus alun@s y sus familias sé que te lo agradecerán, toda la vida
      Gracias a tí preciosa.
      un abrazo 💜

  2. Cómo siempre muy bien currado. En mi época de estudiante no era igual que ahora existía la letra con sangre entra y lo viví y fue muy mala experiencia que no quiero revivirla. La de ahora mola mucho más.

    1. Gracias Marga!!!
      Lo malo es que no hablamos de hace tanto, en mi caso era en los años 80.
      Siento que también sufrieras esa educación, lo bueno, que salio otra educadora de corazón 🥰
      Sí, mola más y mejor que va a ir.
      Un abrazo💜

      1. Que post…sin palabras…te due que yo ya en el instituto tuve varias joyitas de “profesores”. En primero de BUP, una de ellas según vio mi apellido ( había dado clases a mi hermano) me soltó: hombre Fabian, sabes que tú y yo nos veremos las caras en junio, bueno mejor en septiembre. Y así fue. Otra profesora del mismo departamento que sus palabras de presentación en tercero de BUP fueron: no me gustan los niños, ni los míos así que no pienso aguantaros! Lo siguiente fue un curso con un sinfín a mí y muchos de mis compañeros de insultos, desde tontos, subnormales y que seguro que nuestros padres eran de los que veían telenovelas. Pasaba el curso poniendo físicamente mala cuando empezaba su clase, hasta que decidí, que se acabó que ella no era quien para hacerme sentir mal. Pero lo más duro ha sido ver cómo para mi hijo ha sido un infierno tercero y los dos últimos cursos de colegio, con insultos y más de sus compañeros y cero caso de su profesora y dirección porque es que mi hijo era un exagerado, mucha culpa era de él y tenía algún problema pq quería llamar la atención. De hecho le lleve a una gran pedagoga con la que seguimos trabajando ambos. Su entrada en el instituto fue una liberación para él con una mayoría de profesores y jefa de estudio estupendos que cuando empezó a sufrir lo mismo de esos mismos chavales, actuaron y pusieron medidas! Y como tal ha respondido èl con esos profes! Aún con sus defectos por primera vez hoy elogios de él desde cuarto de primaria, donde tb tuvo un maestro de los pies a la cabeza. Y esto es una pincelada de lo que hemos soportado…solo espero que todo lo vivido no le marque y le perjudique en su edad adulta.
        Mucho queda para que cambie la educación…ojalá sea más rápido…porque he visto cómo ha profesores que querían cambiar ciertas cosas se los quitaban del medio…

        1. Siento que tuvieras que pasar por eso y también tu hijo.
          Sí, el efecto pigmalión se cumple, si te mandan a septiembre el primer día, es muy probable que termines en septiembre, pero podemos darle la vuelta y creer en nosotros, en nuestros hijos, en nuestros alumnos y darles la confianza que les falta.
          No le eches la culpa a tu hijo, mira ¿qué está queriendo decir? ¿por qué necesita llamar la atención? Muéstrale que tiene talento y que lo puede mostrar al mundo (bailar, pintar, construir, ser empático…) que no necesita parecerse a nadie y lo que es más importante, compararse con nadie.
          Puede que le marque lo vivido, solo depende de cómo quiere que le marque, por la edad que creo que tiene es la misma en la que yo decidí ser educadora.
          Podemos ver las cosas como un lastre o como algo que te impulsa.
          Muchas gracias por compartir vuestra historia, apoyale mucho y pa´lante
          Un abrazo 💜

    2. Excelente post Ana! Me identifico con mucho de lo que escribes, esperemos que la Educación Emocional sea ley en las escuelas así podremos tener una niñez más feliz, sigue adelante con tu hermoso proyecto.

      PD. Me encantan tus citas de Goleman 💕

      1. Síii ley de educación emocional..🙌👏👏👏
        Gracias, muchas gracias, seguiré, 🥰
        Me alegro que te gusten las frases, ya sabes que hay muchas y es difícil elegir.😊
        un abrazo💜

  3. Me ha parecido emocionante,no se de donde sacas tanta positividad.pero quiero darte las gracias por la parte que nos toca a tu padre y a mi.❤️❤️🤗🤗💐

    1. Que bien!!!! sabes que tu opinión me importa mucho💜
      Pues igual la saco de unos padres alegres, trabajadores, soñadores, abiertos, respetuosos, tolerantes…
      Un abrazo muyyy grande🥰

      1. Mi caso fue traumatico tambien pero no por los profesores porque a mi me gustaba estudiar y los, que me educaron fueron buenos profesores pero mi padre era de los que los chicos si estudian peros las chicas no.
        Enhorabuena Ana, esto va pa lante

        1. Mara, está en nuestras manos cambiar lo que no podíamos cuando éramos pequeñas, porque entonces no teníamos recursos.
          Seguro que aun te gusta estudiar, así que no dejes de formarte y de aprender.
          Porque ya sabes que nunca es tarde.
          Gracias, sí pa´lante
          Un abrazo💜

  4. Desde luego que personas con un compromiso como tú hacen falta. Lo que viviste de pequeña por desgracia lo han vivido muchos niños, cuánto daño esparcido han dejado … la educación emocional es una educación invisible que a la larga va asomando por la vida de cada uno. Se sabe qué enseñar a los niños, pero no se sabe cómo hacerlo. Desde luego estoy con Mar Romera y su “educar con tres C” Capacidad, competencia y corazón. Se necesita la educación emocional para hacer personas libres y competentes . Gracias Ana por aportar tu granito de arena en el sector de la educación infantil sobre todo que tan devaluada está.
    Un besazo corazón y sigue aportándonos!!😊😘

    1. Sí, tristemente hubo varias generaciones que lo sufrieron.
      Que bien que estés con Mar Romera, es maravilloso su proyecto y su forma de entender la educación, escucharla es un subidón.
      Por supuesto que apoyare siempre que pueda a la educación infantil, me parece la etapa más importante de la educación y la peor tratada.
      Me alegro que te aporte, 😍
      Gracias, un abrazo💜

    2. Totalmente de acuerdo, existe otra forma de educar, enseñar, facilitar…
      Una forma que apoya la curiosidad y el aprendizaje verdadero, no la simple memorización.
      Qué gran historia Ana, qué grandes tus psdrez y qué grandes aitores has compartido.
      Aunque aun un queda mucho por andar… Ya somos muchos los que estamos dando los primeros pasos.

      1. Los primeros pasos nos llevan al camino y me encanta saber que estamos en el mismo.
        Grandes, muy grandes.
        Muchas Gracias por leer y comentar.
        Un abrazo💜

  5. Me he emocionado mucho. Aunque haya sido difícil sacarlo, muchas personas habrán pasado lo mismo y les ayudará leerlo.
    Lo triste es que como dices, esto no es tan lejos y aunque ya no se utilice violencia física de una forma habitual ( ya que si la hay se denunciaría), la violencia verbal y corporal sigue existiendo. Además muchos centros tradicionales todavía tienen la creencia de la letra no con sangre pero si con machaque entra.
    Espero que poco a poco seamos muchos más profesionales de la educación los que vivamos que otra educación es posible.
    Muchas gracias por compartir tu historia😍

    1. Ayy Mamen, sí, no hace tanto que hemos visto alguna que otra manera, que sin ser violenta,no nos gusta, ni es respetuosa, ni desde luego emocionalmente inteligente, de tratar a lo peques.
      Menos mal que sí, que hay muchos, cada día más profesionales de la educación que creemos y me consta que algunos ya la poneis en practica, que otra educación es posible.
      Muchas gracias por leer mi historia y emocionarte con ella.
      Un abrazo💜

  6. Ana, me ha encantado tu post. La narración de tu paso por esos duros años en ese colegio (que afortunadamente cerró) son duros, pero se que mucha gente se verá identificada. Encontrar un profesor bueno que entendiera a su manera de inteligencia emocional, era difícil. La mayoría todo lo solucionaba castigandote mirando a la pared, de rodillas con los brazos en cruz, en fin inmensidad de barbaridades, que hoy por hoy como tu dices, sería denunciable. Afortunadamente los tiempos han cambiado y cada vez hay más profesionales como los que has nombrados y por supuesto tu, que hacéis que la educación sea para los educadores como yo, una vocación, más que una profesión. Me ha encantado. Enhorabuena.

    1. Gracias Tere, me alegro mucho que te haya gustado.
      Tú eres de las educadoras de corazón, doy fé, porque tuve la suerte de compartir aula contigo.
      Que suerte tienen los peques que te tienen de educadora!!!
      Seguiremos apostando por la educación.
      Un abrazo grande💜

  7. De nuevo, me ha encantado!! Que pena que tuvieras que pasar por ese episodio. La escuela tiene que ser un lugar seguro, amable, respetuoso, de riqueza social, y sobre todo, emocional. Yo he tenido bastante suerte, algún profesor o profesora, llamémosles “duros”, he tenido en la época del instituto, y es verdad q ese año, ha sido el único en el que suspendí asignaturas. Y gracias al apoyo de mi madre, sobre todo, las saque sin problemas.
    Con respecto a la pregunta… mi respuesta es que no habría que esperar, que ya tendríamos que estar trabajando la inteligencia emocional en las aulas, en todos los niveles educativos. Ojalá, después de todo esto que estamos viniendo empecemos a cambiar, desde la base de una sociedad, es decir, desde la educación y la familia. Criemos pequeños emocionalmente inteligentes y el futuro de la sociedad seguro que tomará otros caminos.
    Gracias por tus palabras, por tu sinceridad, por tus reflexiones.
    💜💜😘😘

    1. Ojalá!!!
      Yo estoy convencida que se puede y cada día conozco más personas que creen en ello y que están dispuestas a ponerlo en práctica.
      Hagámoslo y hagamos caso a Goleman, aunque sea 25 años después.
      Enhorabuena a tu madre por saber apoyarte.
      Gracias a tí por ser parte de esa Nueva Educación.💜

      1. Sin duda, eres una valiente contando tu experiencia.Ahora me explico mucho de tu personalidad y de la manera de hablar con esa ternura cuando hablabas de tus alumnos. Lastima… si eso hubiera ocurrido ahora, las cosas habrían sido de otra manera.Lo que está claro es que para bien o mal nos acordamos de algunos profesores de por vida. Y tus alumnos seguro que te tendrán en el top. Un abrazote

        1. Ayy Celia que bonito 😍
          Espero que sí, que mis alumnos se acuerden de mi con cariño, yo me acuerdo de ellos con muchísimo.
          Algunos después de muchos años seguimos en contacto y ojalá que cuando sean adultos me sigan recordando.
          Un abrazo 💜

  8. Me ha encantado Ana. Es verdad, como marcan los profesores, una palabra, una mirada, un gesto, te hace volar o te puede hundir. Muy importante la inteligencia emocional, para reflexionar y darnos cuenta de todo lo que implica, todo lo que se puede llegar a conseguir. Sacar lo mejor de cada uno. Gracias por compartirlo.

  9. Cuanto me alegro que te haya gustado Asun.
    Sí, que importante la inteligencia emocional en todas partes y en la escuela mucho más, que bueno que cada vez más maestras os estáis formando en ella.
    Gracias por estar en este camino.
    Un abrazo💜

  10. Gracias Ana por compartir esta nota.
    Cuantas oportunidades tenemos para que el proceso de aprendizaje en las escuelas sea verdaderamente transformador.
    Gracias por compartir autores que le dan sustento basados en estudios de lo que sería bueno que pase.
    Me quedo con dos frases para seguir profundizando en lo personal: “Dondequiera que un maestro responda a un estudiante, hay veinte o treinta más que reciben una lección. ” y L@S NIÑ@S NO APRENDEN LO QUE LES DECIMOS, L@S NIÑ@S NOS APRENDEN.
    Gracias por compartir!

    1. Querida Marina, gracias a ti por comentar.
      Son maravillosas esas frases.
      Ojalá un día lleguemos a ese nivel de transformación, lo comentaremos en una de nuestras estupendas charlas.
      Un abrazo grande que llegue hasta Argentina💜

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *